Comienza a tener conciencia de sí en relación con los demás. La idea que se forma el niño de sí mismo es casi totalmente dependiente de lo que le dicen que es. Su valor como persona depende de cómo siente que lo valoran, lo tratan y de lo que le dicen que puede y vale. En ésta etapa el niño necesita tener éxitos para ganarse la confianza en sí mismo.
Es muy crítico de sus realizaciones y de las de los demás compañeros de clase, es comparativo pues es su manera de conocerse (al ponerse en relación con los logros del otro). También comienzan las primeras amistades escolares, existen peleas, le gusta que le pidan perdón pero le cuesta mucho perdonar. Es muy celoso de sus útiles escolares, le es muy difícil prestar sus cosas por temor a perderlas.
Afectivamente si bien su mamá sigue siendo el centro, su maestra entra en su mundo afectivo con un rol muy importante pues marcará la modalidad de relacionarse con el saber o el aprender. En relación con el papá, como puede compartir más cosas, puede surgir un compañerismo o amistad.
Por último es importante señalar el papel que tiene el juego en el aprendizaje de éstos chicos, pues su naturaleza es activa, son inquietos, les gusta correr, saltar, moverse, dibujar recortar, pegar, etc. Si bien su capacidad de atención es poco prolongada, variándoles de actividad se pueden mantener atentos por más tiempo.
No olvidarse de consultar al pediatra por el plan de vacunación, pues a ésta edad se dan refuerzos, se deben realizar exámenes de vista, oído y bucodentales.