La succión es un reflejo imprescindible para la alimentación y supervivencia de los recién nacidos. Este reflejo primario de succión permite al recién nacido alimentarse, además, lo calma y lo conforta.
Este reflejo puede desaparecer en algunas enfermedades en forma total o parcialmente.
La succión no nutritiva de dedos, chupete u otros objetos, no relacionados con la ingesta de nutrientes, es una actividad normal en el desarrollo fetal y neonatal. Se inicia en el útero y persiste hasta los 12 meses de edad. El uso del chupete como objeto reconfortante en la primera infancia constituye una práctica habitual.

Estudios en la población infantil demuestran que el empleo del chupete disminuye con la edad siendo conveniente comenzar a desalentar su uso a partir del segundo año de vida, o sea, cuando el niño ha cumplido un año, coincidiendo esto con la finalización de la etapa oral. Sin embargo alrededor del 20% lo siguen utilizando a los 3 años.

BENEFICIOS DEL USO DEL CHUPETE

Efecto tranquilizante del chupete

En los primeros días de vida, se aconseja amamantar al recién nacido a la autodemanda para aportarle la cantidad correcta de alimento. El pequeño tiene, además, la necesidad de repetir con frecuencia la succión del pezón materno o bien sustituirlo por su propio pulgar o por un chupete.
Actualmente se aconseja no ofrecérselo hasta que la lactancia materna estuviera bien establecida, en 2 ó 3 semanas, para así no interferir con ella.
Sin embargo, algunos pensamos que la utilización del mismo más precozmente, con moderación y que a su vez no sea utilizado para retrazar o sustituir los deseos del bebe de alimentarse no debería en principio alterar el amamantamiento.

Durante la lactancia materna el chupete también desempeña su papel, pues la madre no puede ofrecer el pecho en todos los momentos en que el niño desea succionar. Es un recurso de gran ayuda en niños con cólicos y muy irritables, en embarazos múltiples o en purperios complicados.

Los niños alimentados con leche maternizada no deben usar el biberón para saciar su deseo: la tetina no puede regular la cantidad de leche ingerida y el niño podría sobrealimentarse. En estos casos podría recurrirse al chupete como tranquilizante.

¿Pulgar o chupete?

Un método alternativo al chupete es la succión del propio pulgar. Sobre las ventajas y desventajas de uno u otro, se ha discutido ampliamente. Si bien en un principio se consideró que la succión del pulgar se asociaba a mayor número de deformidades dentarias, en la actualidad algunos opinan que éstas se observan con igual frecuencia en niños que usan el chupete, incluso modelos ortodóncicos. El pulgar, a diferencia del chupete, no se "pierde" durante la noche ni se cae continuamente al suelo (no se contamina). Por último la succión del pulgar es regulada por el niño, quien decide cuándo desea succionar y aprende a tranquilizarse él solo. Este hecho, que se apunta como gran ventaja, se convierte en inconveniente para abandonar los hábitos de succión no nutritiva, pues no permite una intervención directa de los padre, es por dicho motivo que creemos conveniente la utilización del chupete en los casos de que el niño lo acepte.

Prevención del síndrome de muerte súbita del lactante

Numerosos estudios han relacionado el uso del chupete con una menor incidencia del síndrome de muerte súbita del lactante (el uso del chupete sería un hábito protector). Como posible mecanismo: impediría de que la lengua caiga hacia atrás obstruyendo las vías respiratorias. Por otra parte, la succión del chupete favorece el control de la respiración disminuyendo los períodos de apnea.

Estímulo del recién nacido pretérmino

Diversos autores han valorado el interés de los métodos de succión no nutritiva en los recién nacidos pretérmino o también llamados prematuros (nacidos antes de tiempo) que por ser muy pequeños no pueden ser alimentados por succión, ya que les puede faltar este reflejo por nacer antes de tiempo y es por eso que deben hacerlo por sonda nasogástrica. Concluyen que éstos, los bebes prematuros aceleran la maduración del reflejo de succión, con lo que se consigue antes una succión organizada, lo cual facilita una transición más rápida a la alimentación oral. Estos niños presentan, además, menor tiempo de tránsito intestinal y un mejor crecimiento que supone estadías más breves y menos costosas en el hospital. Los mecanismos por los cuales la succión no nutritiva acelera el incremento de peso no están claros: disminución del grado de actividad, los bebes estarían mas tranquilos, con ahorro de energía y una mejor absorción de las grasas (gracias a enzimas presentes en la saliva que facilitan este proceso).

RIESGOS DEL USO DEL CHUPETE

Malformaciones dentarias: maloclusión

Los hábitos de succión no nutritiva se han relacionado con las maloclusiones dentarias: 1) mordida abierta interior y 2) mordida cruzada posterior. La primera es la maloclusión más frecuente y tiende a mejorar al abandonar el chupete. La segunda es una maloclusión más grave y permanente, que puede repercutir en el crecimiento craneofacial, sobre todo cuando el hábito se prolonga más allá de los 36 meses.

Los niños succionadores, además, sufren una alteración de la flora bacteriana y una hipertrofia del sistema linfático por lo que suelen presentar una respiración bucal, lo cual también influye en el desarrollo de las maloclusiones.

Otitis media aguda

La bibliografía revisada demuestra que la utilización del chupete constituye un factor de riesgo de otitis media aguda, en particular de episodios recidivantes (más de tres otitis en un periodo de 6 meses). El uso del chupete hace que el niño con una infección de las vías respiratorias altas sea más susceptible a la otitis media aguda.
Es por eso que algunos autores sugieren limitar su uso sobre todo en aquellos niños que presentan otitis a repetición. No se ha demostrado que el uso del chupete aumente la incidencia de infecciones respiratorias virales.

Duración breve de lactancia materna

El uso del chupete se relaciona con una duración más breve de la lactancia materna. El recién nacido que usa chupete presenta una "confusión de pezón", ya que la succión del chupete requiere un patrón de succión distinto que puede interferir en la adquisición de la técnica oral necesaria para la lactancia materna. El chupete puede interferir también en la producción de leche materna y, en consecuencia, en el crecimiento del lactante.

El niño que satisface parte de sus necesidades de succión con métodos no nutritivos estimula durante menos tiempo el pezón materno, el número de tomas es menor y también la producción de prolactina. Se reduce el tiempo que dura cada toma de modo que el niño no ingiere la leche final, rica en grasas y calorías. La leche obtenida, por lo tanto, pierde tanto en cantidad como en calidad dejando al niño más hambriento e irritable y esto induce a los padres a introducir la lactancia artificial.

Se ha investigado si la relación chupete-lactancia materna breve es siempre causal o si, por el contrario, las dificultades para la alimentación y las características de la conducta de la madre pueden llevar, en ocasiones, al uso del chupete acortándose así la lactancia materna. Teniendo en cuenta una serie de datos etnográficos y epidemiológicos, se ha llegado a la conclusión de que la interrupción de la lactancia materna puede inducir al inicio del uso del chupete para completar las necesidades de succión del niño. También se ha comprobado que las madres que estimulan de forma activa el uso del chupete presentan una serie de rasgos conductuales y socioculturales peculiares como un estilo rígido de lactancia, intensas expectativas en cuanto al crecimiento y desarrollo del niño o reacciones de ansiedad frente al llanto, que se asocian a un tiempo de lactancia más breve.

En consecuencia, el chupete parece contribuir a un destete más precoz en un grupo de mujeres que se encuentran incómodas con la lactancia materna, aunque no influya sobre la duración de ésta en las madres con autoconfianza. En consecuencia, el chupete podría considerarse un factor contribuyente más que a una causa suficiente para que finalice precozmente la lactancia.
El uso intenso del chupete constituye un excelente marcador para identificar a las madres e hijos que tiene dificultades para la lactancia materna, hacia los cuales deben dirigirse las acciones de apoyo.

Reflujo gastroesofágico (RGE)

EL reflujo gastroesofágico consiste en pasaje de contenido ácido del estómago al esófago, puede ocurrir normalmente en los primeros meses de vida y es una causa frecuente de vómitos. En general desaparece solo entre los 7 o 8 meses. a veces requiere tratamiento (reflujo patológico) ya que se acompaña de otros síntomas (Ej.: dolor, no aumentar de peso, etc.).
Hipotéticamente los hábitos de succión no nutritiva pueden tanto aumentar como disminuir la frecuencia y/o duración de los episodios de RGE.
Los estudios llevados a cabo demuestran que, a corto plazo, el uso del chupete en decúbito prono (boca arriba) aumenta el RGE luego de la alimentación del bebe.

Se recomienda por lo tanto que los niños afectados de RGE patológico eviten el chupete en posición prono y que se considere el posible beneficio del uso de éste cuando la succión sea necesaria.

Síndrome del biberón o chupete

Se llama síndrome del biberón o del chupete a la presencia de múltiples caries en la dentición primaria, (dientes de leche) debido a la utilización prolongada del biberón o del chupete que contiene o al que se lo impregna respectivamente de productos azucarados.

La prevalencia varía enormemente en las diferentes áreas geográficas con gran influencia de factores socioculturales, incluidos la prolongación de la lactancia más allá de los 12 meses de vida y el inicio tardío de la higiene bucodental.
Como consecuencia de esto, pueden aparecer infecciones locales y generales, malformaciones dentales, trastornos de la alimentación con el consecuente deterioro del crecimiento y fragilidad de las piezas dentarias permanentes, con mayor riesgo de caries.

De lo expuesto, se desprende la importancia de una correcta prevención, concientizando a los padres de la necesidad de instaurar la higiene dental desde la aparición de los primeros dientes y de evitar los malos hábitos alimentarios y de succión.

Ulceras orales: afta de Bednar

El afta de Bednar es una úlcera oral de gran tamaño localizada en el tercio posterior del paladar, debida al efecto traumático de la tetina del biberón durante la lactancia y/o uso intenso de chupetes no ortodóncicos. Se la relaciona con el uso de biberones con un orificio muy estrecho, posición horizontal del niño durante la lactancia y succión constante del chupete o de modelos no ortodóncicos. Es una manifestación excepcional del uso del chupete que no contraindica su uso.

Accidentes infantiles

Si bien no son muy frecuentes, debido a la importancia de las consecuencias que pueden ocurrir si se producen, es importantísimo tener en cuenta lo que puede ocurrir si uno no toma los recaudos adecuados.
- Lesiones faciales/nasales: tras una caída por el borde relativamente cortante del escudo rígido del chupete.
- Estrangulación: al colgar el chupete mediante una cuerda alrededor del cuello del niño, para evitar que caiga al suelo y se ensucie o se pierda.
- La aspiración de una parte del chupete, con la consiguiente obstrucción de las vías respiratorias.

Candidiasis oral resistente

En algunos casos de candidiasis oral, (hongos en la boca o muguet) resistente al tratamiento habitual, el análisis del chupete reveló la presencia de colonias de este hongo. La retirada del objeto contaminado es indispensable y suficiente para la resolución de la infección oral sin la necesidad de nuevos tratamientos.

Hipersensibilidad del látex

En los últimos 10 años se ha asistido a un incremento de la incidencia de hipersensibilidad al látex. Es un tema de gran interés pediátrico por la gran difusión de productos derivados del látex de goma natural: guantes, globos, chupetes, tetinas, etc. Se han descripto algunos casos de eccema atópico, urticaria e incluso de anafilaxia en el lactante.

Alteraciones del sueño

Se ha comprobado que los niños que succionan el pulgar o usan un objeto confortante se despiertan menos durante la noche. Sin embargo, el uso del chupete no tiene un efecto paralelo: las pérdidas frecuentes del chupete durante la noche crean irritabilidad en el pequeño y alteran su descanso nocturno. También se ha detectado, una mayor incidencia de uso de chupete en los niños que roncan, debido a una posible relación con los trastornos respiratorios durante el sueño.

Conclusión:
No existen pruebas suficientes para potenciar o rechazar el uso del chupete. Sin embargo, sí debe hacerse hincapié en la importancia de no iniciar su empleo antes de los 15 días de vida, con la salvedad que nos referíamos al principio del articulo con relación a la moderación de su uso si uno se lo da al bebe antes de esta fecha.
Es conveniente tratar de que el niño comience abandonar su uso a partir del año de vida. Del mismo modo, hay que insistir en que sólo se utilicen los chupetes que cumplan las normas de seguridad, y en que se cuide de manera rigurosa su higiene para evitar posibles infecciones buco dentales.
Por último, debe recordarse que si bien el chupete es un recurso para tranquilizar al niño, nunca debe ser el único.

FUENTE: Anales Españoles de Pediatría (2000)